F. Ballester Castelló. CULTURA. 1.7.1947
No fue Ortega de aquellas figuras de relieve colosal, astro de primera magnitud que deslumbra con la potente luz de su inteligencia: pero proyectó el tibio calor que no enerva, sino que fortalece. luz que no ciega, sino que alumbra.
Su labor fue modesta, pero instructiva; su vida ejemplar, sus enseñanzas sanas, y en el fondo de todos sus actos, se adivina claramente la fe, el convencimiento íntimo del buen católico, y así le vemos exclamar en uno de sus libros: «¡Oh’ santa fe y confianza en Dios, tú sola puedes hacernos felices en esta tierra, llena de miserias y desgracias!”
Fue Ortega de distinguido y ameno trato, asequible a todo el mundo y amigo cariñoso en la intimidad.
Nació en nuestra ciudad el 26 de noviembre de 1813. El distinguido escritor Elías de Molina, en la página 270 del tomo segundo de su diccionario, le supone nacido el 4 de Setiembre de 1815.
Hizo sus primeros estudios en ésta, dedicándose a la carrera del profesorado, e ingresó en un convento de Carmelitas, siendo muy joven, y del que tuvo que salir al poco tiempo por los acontecimientos del 1835.
Su vocación y su temperamento le inclinaron a la enseñanza, obteniendo el propio año 35, después de reñida oposición, una clase pública de latinidad, que desempeñó hasta el 1841, en cuya fecha, deseando más amplio campo para sus aficiones y aptitudes pedagógicas, se trasladó a Barcelona, en cuya capital desempeñó las clases de Lógica y Geografía e Historia, de un colegio que dirigía.
La obra educadora de Ortega no pasó desapercibida a la superioridad, y en 1846 fue nombrado, de R. O, catedrático interino de latín y Castellano, del Instituto de Tarragona, otorgándosele cinco años más tarde una cátedra en propiedad de dicha asignatura en el de Barcelona, llegando por sus méritos a la dirección de aquel establecimiento de enseñanza, cargo que desempeñó desde el 10 de agosto de 1871 hasta el 1875 en que murió, después de haber dedicado toda su vida a la difusión de conocimientos.
Publicó numerosas obras didácticas, literarias e históricas; dió conferencias e hizo cuanto pudo vara ilustrar a sus semejantes.
Entre sus principales libros didácticos merecen especial mención el Manual de Filosofía y su Historia, la Gramática Latina y Española, el Tratado especial de Sintaxis, los Manuales de Psicología, Ideología y Latinidad, para las Escuelas de Humanidades.
En cuanto a obras literarias, deben citarse la novela titulada «La dama de las conspiraciones” y “Conversión de un bandido”, melodrama en cuatro actos, que, remitido a la censura de composiciones teatrales de la Corte, el 1868, fue aprobado para su representación.
Mas la obra qua popularizó el nombre de Ortega en toda España y especialmente en Catalunya fue la Historia de las Escuadras, en cuyo libro, aparte su bastante novelería, indispensable para aumentar el interés, da una idea clarísima de toda una época y retrata con cierta exactitud la manera de ser de los mozos de la Escuadra, institución que estudia desde su origen en 1690 hasta el 1859, aportando para el caso, Reglamentos, Estatutos, comunicaciones laudatorias de la Superioridad, etc.
Ortega no perdía ocasión ni oportunidad para sembrar cultura, y al efecto, dio numerosas conferencias durante el transcurso de su vida. mereciendo especial mención la del Centro de Lectura, de nuestra ciudad, el 1865, donde a la sazón se encontraba descansando de tarea escolar y que versó sobre las ventajas que reportan a la clase obrera los Ateneos y demás centros de Cultura. Ortega era ante todo y sobre todo un espíritu
verdaderamente cristiano, imprimiendo a todas sus obras el sello de una perfecta moral, que se reflejaba no solo en cuanto a las consideraciones personales que hacía como autor, sino por el enlace y desarrollo de los hechos objeto de su estudio.
Buen vállense, no dejó de asistir ni un solo año a las fiestas decenales de nuestra Virgen de la Candela.
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